Pido al Señor:
Que te bendiga en este momento, que te haga sentir amado y fortalecido.
Que sane todas las heridas que tiene tu ser y te muestre el camino hacia la felicidad.
Como buenos cristianos debemos bendecir y desear el bien a nuestros hermanos (amarás a tu prójimo como a ti mismo), por eso hoy, más que pedir por mi, quiero pedir por todos ustedes que leen esto. Que Dios toque tu alma y corazón para darte esa paz y tranquilidad que sólo se consigue dentro de Él.